OTTAWA. El tulipán, además de ser la flor nacional de Holanda, es la orgullosa reina de la capital de Canadá, puebla parques, avenidas, frentes de los edificios y hasta motiva un gran festival, cada mes de mayo, con decenas de actividades masivas, la mayor parte gratuitas, perlando de rojos vivos, blancos coloniales, morados de un tono tan denso que solo el silencio los puede honrar. Y se ha constituido en un atractivo turístico oloroso, poderoso y floral. Una lección para ser aprendida por nuestros turismos locales.
Los tulipanes conforman alfombras que se tienden hospitalarias y asombrosas ante el visitante y a fuerza de estar en todas partes, se hacen símbolo, con su estilizada belleza, creando una relación.