Por Cristian Mota. 1 de 2

Bayahíbe, La Altagracia.- Bayahíbe es una palabra indígena compuesta por “Baya”, nombre que se le daba a un molusco bivalvo, parecido a las almejas, que se encuentran pegados a las rocas o a las raíces de los mangles; mientras que “Jibe” o “Hibe” corresponde al nombre que recibía una especie de cedazo fabricado con palitos que se utilizaba para tamizar la harina de yuca durante el proceso de la elaboración del casabe.

Según comenta el empresario turístico José Brito Rijo, «el desarrollo turístico de Bayahíbe llegó cuando se construye la carretera en 1977 que se dirigía al Hotel Dominicus»

Bayahíbe, tierra de manantiales de agua frescas y dulces, con una bahía excelente para ser utilizada como puerto; abundancia de arrecifes coralinos poblados por peces, moluscos y crustáceos, recibió por primera vez la visita de los europeos en 1494, cuando Cristóbal Colón venía de explorar las islas de Cuba y Jamaica, y durante el transcurso de su segundo viaje a América, decidió reconocer la costa sur de La Española.

Fundada en 1874 por Juan Brito y su familia, de origen puertorriqueño, esta pequeña comunidad se dedicó a la pesca y la caza de jabalíes en los terrenos que hoy albergan el Parque Nacional Cotubanamá.

Sus aguas cristalinas y tranquilas son perfectas para el buceo, con un atractivo especial para expertos en ese deporte. Bayahíbe tiene variaras cavernas, y una de ellas es “La Cueva del Chicho”, una de las subterráneas más destacadas del país.

Otra caverna que tiene el lugar es “La Cueva del Puente”, que  cuenta con una cámara de tres niveles con estalactitas, estalagmitas, pictografías taínas y murciélagos.

Mediante la Ley 146-11, la Rosa de Bayahíbe es declarada Flor Nacional de República Dominicana

El sendero de la cueva está ubicado aproximadamente tres kilómetros al sur de la entrada del Parque Nacional Cotubanamá, y toma alrededor de 30 minutos alcanzarlo a través de un bosque tropical repleto de aves y lagartos. Las gigantescas cavernas cuentan con partes oscuras, mientras que en ciertas secciones hay orificios que dejan pasar la luz del día.

Bayahíbe posee un símbolo especial, sus tierras son dueñas de la Rosa de Bayahíbe (Pereskia quisqueyana alain), que pertenece a la familia de las cactáceas, y es uno de los pocos cactus que tiene hojas; originaria exclusivamente de este lugar.

Esta rosa, que mide hasta seis metros de altura, con el tronco revestido por numerosos grupos de espinas que brotan de un mismo lugar llamados areolas.

Mediante la Ley 146-11, la Rosa de Bayahíbe es declarada Flor Nacional de República Dominicana.

En este pueblo, se encuentra un monumento dedicado a los restos del barco pirata «La Cara Mercante», comandado por el capitán William Kidd, que fueron descubiertos fuera de la isla Catalina en 2008, tras este haberlo abandonado en 1699, con la finalidad de limpiar su nombre de cargos de piratería.

Cañón usado por el capitán William Kidd, se cree que data del año 1699

Bayahíbe era un pueblo alejado de la civilización, su vía de comunicación era el mar; sus pobladores se transportaban en pequeños botes de vela que fabricaban los artesanos locales.

Las riquezas de sus aguas ofrecían una gran cantidad de peses, siendo la pesca la única actividad comercial que podían desarrollar para poder sostener a las pocas familias que residían para la época.

Había unas 20 casas en la comunidad, pero abundante comida; la riqueza de sus aguas y sus tierras eran su soporte.

A principios de los 70, los pescados eran llevados a La Romana para la venta; la travesía era de muchos riesgos, porque como nos cuenta José Brito Rijo, nativo de Bayahibe, hoy empresario turístico, todo dependía del viento.

”La vida era dura en aquella época, nosotros salíamos con la pesca en esos botes, rogándole a Dios que el viento nos favoreciera para llegar a La Romana y vender la pesca, porque si el viento no estaba a nuestro favor, el pescado se dañaba; y estando allá en La Romana, a veces teníamos que amanecer y espera que el viento nos trajera de nuevo”, comentó Brito Rijo.

El desarrollo turístico de Bayahíbe llegó cuando se construye la carretera en 1977 que se dirigía   al Hotel  Dominicus; los pobladores aprovecharon, y construyeron un camino de casi dos kilómetros para llegar a la comunidad.

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