El periodista y abogado Felix Peguero, secretario general de Adompretur Peravia junto al arquitecto Juan Tejada, presidente del Cluster Turístico de Baní; y Luis José Chávez, pasado presidente de Adompretur en el proyecto turístico Puntarena.

Por Felix Peguero, secretario general de Adompretur Peravia.

Cuando pasamos balance a nuestros recursos naturales, al potencial de desarrollo de la provincia Peravia y a los proyectos concebidos para impulsar el turismo como alternativa de progreso, sentimos que contamos con todas las posibilidades para captar grandes inversiones. Y así soñamos con un despertar esperanzador, donde fluyan las fuentes de empleos, abriendo las puertas a nuevos emprendimientos, donde se afiance a Baní como uno de los principales destinos turísticos del país y de  la región del Caribe.

No se trata de un sueño irrealizable, ya que contamos con los recursos necesarios para proyectarnos como un polo turístico envidiable. Tenemos playas, sol, ríos y montañas, y un pueblo cuya base cultural es valorada dentro y fuera del país, por el sincretismo mágico religioso que heredamos, por la fama de nuestros dulces y el sabor exquisito del mango banilejo.

Sin embargo, esa riqueza se pierde por la falta de visión de quienes ocupan posiciones en el Estado y carecen de capacidad para entender que deben facilitar el desarrollo de la provincia Peravia.

La información ofrecida por el Clúster Turístico de Baní, donde señala que hace más de un año sometió el proyecto de construcción del Museo de la Sal en Salinas de Puerto Hermoso, en interés de obtener el permiso de uso de suelo para la edificación de la magna obra, no ha merecido la atención de los regidores del ayuntamiento de este municipio, lo que eventualmente  ha generado pérdidas millonarias por concepto de aportes que serían otorgados por instituciones que apreciaron la factibilidad del proyecto.

Playa Salina, uno de los principales atractivos turísticos de la provincia Peravia

Lo que sería un gran paso para el desarrollo del turismo en la zona no ha merecido la atención de los señores regidores, a excepción de dos o tres que mostraron interés en su aprobación. Y así vamos perdiendo, pierde Baní y pierde la sociedad que desea un mejor bienestar para la comunidad. De ahí la necesidad de evaluar el desempeño de sus autoridades, para que en sus afanes de seguir enganchadas en el tren del Estado se les pase factura en función de sus resultados…

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