MADRID. La ferias internacionales, el más formidable mecanismo de mercadeo directo de la industria mundial del turismo, habían entrado en una etapa de recesión producto de la pandemia Covid, que han enfrentado una coyuntura que acaba de cambiar todo el panorama de estos eventos: Fitur 2021.
El montaje exitoso de FITUR 2021 ha creado experiencia que ahora sirve de precedente a todas las instituciones y personalidades responsables de ferias internacionales de cualquier tipo, y que venían de un ritmo de cancelaciones de sus eventos. Fitur y su metodología de montaje, ahora es un recurso de orientación que indica cómo se debe hacer
Tras la conclusión de la edición número 41 de la Feria Internacional de Turismo (FITUR), cada uno de los 55 países participantes en el evento, con seguridad ha hecho conciencia de la tremenda oportunidad que representó el evento para el relanzamiento de su turismo.
“España tiene que recuperar su prestigio a nivel mundial. Por eso lo más importante para nosotros han sido las garantías sanitarias e impulsar al sector”, declaró el presidente de Ifema, José Vicente De los Mozos, cuando animaba a los países con destinos turísticos, para que se atrevieran a llegar.
El recinto ferial, según sus datos, aporta 5.100 millones de euros a la economía de la capital durante el año y la intención de su dirección es que «se mantenga como un referente mundial» en la organización de estos eventos. «Todo el mundo conoce la marca Ifema», destaca De los Mozos, en declaraciones a elmundo.es
Los ejecutivos de IFEMA MADRID, lo lograron, abriendo una experiencia que ahora está siendo estudiada por los organizadores de muchos otros eventos, no solo turísticos. Y eso debe ser reconocido, al establecer con eficacia y creatividad, un protocolo exigente para los participantes, pero absolutamente necesario para garantizar el resultado obtenido: participación de módulos de 5.000 empresas, pabellones de 55 países presentes, 62.000 asistentes presenciales de los cuales 42.000 fueron profesionales, y más de 20.000 visitantes. Y frente a ese flujo, el resultado reportado por Ifema es que no hubo ningún caso de Covid a partir de la participación en la Feria.
¿Cómo fue el protocolo?
Exigente. Muy exigente, integrado por un ritual de nueve pasos:
1-Para poder ingresar a España, con el objetivo de participar en FITUR, había que hacerse una prueba PCR en el país, entre 24 y 48 horas antes de tomar el avión, con un laboratorio de reconocimiento internacional de cara a la Unión Europea (que no son muchos);
2-Había que llenar una formulario sanitario de España en el que se deja constancia de que se cuenta con una prueba PCR Negativa y que da acceso a un Código QR, que debe ser presentado a la entrada a territorio europea.
3-Al llegar a España, los anfitriones tenían la obligación de llevarnos directamente a un centro de diagnóstico por parte de un laboratorio español reconocido o recomendado por IFEMA MADRID para una prueba de antígenos, cuyo resultado se pasaba por correo al pasajero recién llegado, a la delegación a que pertenecía, la cual la enviaba a la organización de IFEMA. La revisión en el Aeropuerto Barajas era muy exigente Cualquier falta de información o falta de claridad en las respuestas del documento sanitario, determinaba la obligación de hacerse de nuevo una Prueba PCR (que no tiene costo) y que implicaba un retraso para todo el grupo con qué venía esa persona.
4-A la llegada al palacio Ferial IFEMA MADRID, el control de acceso requería de presentar el código QR de la prueba que exige el pasaporte digital, en formato digital o impreso, a un lector de códigos que debía dar luz verde.
5- En el caso de quienes no pudieron hacerse una prueba PCR, tenían que entrar a unos módulos sanitarios en los que se hacía prueba de antígenos (cuyo resultado se tiene en minutos) y con ese resultado ya se podía ingresar.
6- El aire acondicionado de los tres pabellones (son un total de seis) era recambiado totalmente cada tres horas, una frecuencia mucho mayor que la acostumbrada antes de la aparición de la pandemia.
7- En todos los pabellones de IFEMA había supervisión personal continua, disponibilidad de dispensadores de higienización con alcohol para las manos.
8- Se limitó a poco más de la mitad de los países participantes.
9- Los pasillos entre pabellones resultaron diseñados para que fueran mucho más amplios a fin de permitir un desplazamiento desahogado entre los asistentes.
Pero lo que poca gente ha reparado, es el esfuerzo que supuso para los organizadores, el crear una estructura que les permitiera su montaje.
Y dicho (o escrito) esto, en primer lugar hay que felicitar a los gestores del acontecimiento ferial, producto del valor y la capacidad de la cúpula del Palacio Municipal de IFEMA MADRID (siglas de Internacional Ferias de Madrid), que concibieron la forma de realizar esta entrega que acaba de poner en el borde del desafío a las demás ferias internacionales que fueron cancelando sus montajes, entendible que lo hicieran ante los peligros de contagio.
Muchos países, empresarios de turismo, agencias y corporaciones suplidoras, tenían el deseo de regresar al ambiente ferial turístico internacional, pero había dudas, temores de no contar con un ambiente aséptico, incapacidades para generar un protocolo que lo permitiera.
IFEMA MADRID, que debieron el montaje de FITUR en la última semana de enero como es costumbre, se decidieron a desarrollar un proceso de construcción de un ambiente seguro.
Fueron ocho meses de encuentros, diseños, ensayos y consultas, hasta dar con una metodología sanitaria y organizativa que permitió el montaje y que ahora se transforma en un precedente impecable para reabrir el camino de las ferias.
El caso RD
En el caso dominicano, queda claro el liderazgo turístico del Caribe y la certidumbre de que volverán los tiempos previos a la pandemia, en los que millares de visitantes, arribaban por nuestros aeropuertos internacionales, para disfrutar de una vacaciones seguras, económicamente accesibles y con la seguridad de ser aguardados por experiencias positivas e inolvidables de todo tipo, desde lo paisajístico, el buen trato afable y lo gastronómico.
El país fue un entusiasta gran destino de Caribe que acepto la convocatoria y llego a Madrid con una representación de ofertas para la reanudación del turismo, y la actitud de ratificar su liderazgo.
20 empresas (mayor mente hoteleras y de transportación aérea) conformaron el cuerpo de negociaciones previas y directas que se hicieron para vender los destinos dominicanos, además de la representación principal del Ministerio de Turismo, con un David Collado que se dejo sentir en todos los escenarios a los que estuvo convocado. Su principal logro: la contratación del puesto de Socio Principal para el país en FITUR 2022, año ya de un seguro restablecimiento pleno de la industria.
Junto a Collado, la presencia de los dos principales bancos (el Popular y el de Reservas), por medio de sus ejecutivos principales: Cristopher Paniagua y Samuel Pereyra, las dos instituciones financieras que han ubicado el apoyo al turismo con la parte fundamental de sus agendas. El Popular con mucho más tiempo en ese rol y mayores recursos invertidos, y el de Reservas con una línea de apoyo creciente y fundamental en la apertura de nuevos proyectos. Ambas instituciones bancarias con sus propias agendas, pero actuando en función el objetivo común de beneficiar al país por la vía de su respaldo al turismo.