El país debe integrar plenamente el dulce criollo como un activo fundamental de su oferta turística, que le diferencie y sea parte de una experiencia gastronómica de esas que marcan el gusto y la percepción de sus visitantes.
La consideración la hace la dulcera Altagracia Josefina Mieses de Calderón , presidenta de Dulces mi Vieja, proyecto fundado en mayo de 1988, con la intención de elevar el status del dulce criollo para llevarlo a la mesa del dominicano y el extranjero que nos visita.
Mieses de Calderón que recibió la tradición del dulce criollo de su madre Josefa Arias de Mieses, cuando Vivian en la calle Estrelleta de Ciudad Nueva. Ella conduce hoy Dulces mi vieja junto a su hija Carmen Josefina Acosta Mieses.
“Nuestros patrimonios culturales, y en especial los gastronómicos, son una bandera que nos encumbra la calidad de la oferta y en ese marco, dar espacio al dulce criollo como postre infaltable, debe ser una de las prioridades. El país no tiene que estar a la defensiva de nada. Somos un gran destino y es mucho lo que tenemos que ofertar” afirma Mieses de Calderón. La dulcera explica que las frutas criollas permiten una creatividad infinita para crear dulces locales con vocación para el gusto global del visitante y de los residentes.
Indica que Dulces mi Vieja se planteó elevar tanto la preparación como la presentación del dulce criollo, de modo que se pudiera poner en cualquier mesa por elevada que sea la categoría, para estar a tono con los gustos mas exigentes y el más alto status de sus comensales y producirlos con el mínimo de azúcar, para estar a tono con las exigencias dietéticas de salud de este tiempo.
“El dulce dominicano tiene un cuerpo y gama de sabores, sobre todo los originados en nuestras frutas, que le permite ser en si mismo una experiencia al gusto del nativo y el extranjero” afirma la dulcera.
Dulces mi Vieja fue, como proyecto, fue el invitado de 2018 por el Ministerio de Turismo, para exponer la oferta dulcera en la Feria Internacional de Turismo (ITB) de Berlín, evento en el que, dijo, el público alemán y de los profesionales que visitaron el pabellón dominicano quedaron encantados con el sabor de sus productos.
La gestora del dulce dominicano dice que es urgente el Registro Nacional del Dulce que establezca por regiones provincias, cuáles son los más característicos de la zona, Altagracia Josefina indica que el dulce siempre ha tenido presencia popular y que cada pueblo o región tiene sus dulces específicos, diferenciados y de sabor y contextura únicas, pero que tradicionalmente se ofertaba a granel, en colmados o pulperías, en vidrieras pequeñas en casas de familia o incluso en tiendas de productores, pero que necesitan de elevar la presentación y hacer lo necesario para que tenga presencia en los menús de los hoteles.
“Nosotros no hemos sido la primera tienda en ofrecer dulces. Hubo otras que abrieron el camino como La Casa de los Dulces, en Ciudad Colonial” indica la dulcera al indicar que es otra tarea pendiente el escribir la historia del dulce criollo.
“Nuestro aporte ha sido el de darle estatus tanto a la preparación de nuestros dulces creados, haciéndolos bajos en azúcar a tono con las exigencias dietéticas de hoy al tiempo de mejor su presentación en bandejas de madera y cajas para llevar como regalo de viaje” afirma.
Dice que el visitante debe disfrutar el dulce criollo, para disfrutar de un cuadro completo de la gastronomía dominicana.
Otras marcas del Dulce RD
En lo nacional: las habichuelas con dulce, que tienen diversas expresiones locales
En Bani, de alto reconocimiento son los de Las tres Marías, con una amplia gama de productos, y Dulces El Húngaro, que son empacados al vacío, también bajos en azúcar.
En el Cibao: la Dulcería Rodríguez, con tiendas en la autopista duarte, expresión de una larga tradición dulcera de calidad; Las arepas de camino a Constanza y Jarabaoa, que son un símbolo.
En Puerto Plata: los dulces de leche de Dona Agustinita de Lantigua.
En el Este: En Higuey el Concón de leche de La otra Banda; Los de leche de Dona Tula y el Mabí Seibano. (Esta es una lista sugerida, de ninguna manera una relación total de los dulces regionales).