Chinchón. España.  Esta localidad es un mundo local y universal. Sus ofertas se suceden una tras otra y al final, el visitante no sabe si estuvo en un destino turístico o en un paraíso.’

Recorrer de esta localidad las terrazas, plazas, iglesias, teatros y su famosísima Plaza Mayor es sentir en el rostro la fresca y suave caricia de tiempo y el recuerdo junto a un plácido panorama pueblerino cargado de leyendas, arte, gastronomía, tradiciones y, en particular, patrimonio de ser parte del gran cine universal.

Orson Welles filmando en Plaza Mayor de Chinchón, FOTO ARCHIVO FOTOGRAFICO DE CIUDAD DE CHINCHON

La gran locación

Chinchón, a partir de sus espacios rápidamente fue identificada por directores de cine que le vieron condiciones para ser una locación de diversos ambientes y que ha servido a películas y en especial de algunas que resaltan en la gran historia de lo producido para la pantalla grande:

  • La bella de Cádiz(1953) cuenta con el privilegio de ser la primera película rodada en Chinchón, la primera en rodarse.
  • La vuelta al mundo en 80 días (Michael Anderson, John Farrow, 1956, con Cantiflas y David Niven);
  • Rey de reyes (Nicholas Ray, 1961);
  • El fabuloso mundo del circo (Henry Hathaway, 1964, con Claudia Cardinale)
  • Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? (José Sacristán, 1992, comedia protagonizada por Sacristán, nacido en este poblado)
  • Una historia inmortal (Orson Welles, 1968).

Una visita a Chinchón por parte de decenas periodistas que acudieron a la cobertura de los pasados Premios Platino 2023 del Cine Iberoamericano, organizada por la Comunidad de Madrid y Egeda, produjo un encuentro sorprendente con tantos aspectos atractivos.

Cantinflas en una escena de La Vuelta al mundo en 80 días durante el rodaje en la Plaza Mayor de Chinchón.

Recorrimos 45 kilómetros de Madrid, para llegar hasta la cuenca del Tajo-Jarama, histórica población madrileña enmarcada por viñedos y olivos, a los que une un abanico de atractivos tan extenso como exquisito. Sus terrazas y conventos religiosos, en los que se respira un ambiente de exquisita solemnidad religiosa con una jardinería cuidada al detalle, cuadros y esculturas de alto valor artístico y litúrgico.

Los espacios divinos

La arquitectura pueblerina es un patrimonio que diferencia a Chinchón, desde su Iglesia de la Anunciación que tiene en su atrio un cuadro original de Goya con ese motivo religioso, pintada especialmente; el teatro Lope de Vega, con un fondo telar pintado hace más de 150 años y en el cual estuvo el dramaturgo que le da nombre al espacio.

Esa guía, con una habilidad de narradora oral digna de estar en la televisión global, nos relató, abundando en datos singularmente precisos y curiosos, para hablar del Teatro Lope de Vega, con en particular y la producción artesanal de anís, la paleta de dulces (entre los que se destacan los llamados Los huevos del cura y las tetas de la novicia).

En arquitectura medieval, es un sueño: “Chinchón tiene una torre sin iglesia y una iglesia sin torre”, afirma un dicho tan popular como cierto. La Torre del Reloj es lo único que queda de la que fuera la iglesia más antigua, mientras que la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción carece de torre.

En su interior destaca un cuadro pintado ex professo por Goya, La Asunción de la Virgen y junto a la Torre del Reloj se encuentra el Teatro Lope de Vega, en el que destaca un lienzo con imágenes de la ciudad que se emplea como telón, obra de Luis Muriel.

En este teatro disfrutamos del talento de una guía turística excepcional, una que disfruta la narración saboreada, que mezcla con habilidad imaginación, datos precisos, personajes, leyendas y sentido del humor. Una lástima no haber registrado su nombre. Una mujer maravillosa para contar las historias.

El Mesón de las Cuevas

Un punto aparte en la parada en Chinchón en su Mesón de las Cuevas del Vino uno de los más prestigiosos (hay varios de igual categoría) por las características que ostenta.

Es una estructura patrimonial que formó parte de la instalación de las fábricas de vino, por lo cual en su interior existen, como parte de su mobiliario, las jarras de enorme tamaño hechas a mano en barro para la fabricación de la bebida.  Lo que se disfruta allí es un menú basado en la oferta medieval: cochinillo y cordero tiernos, y vino, a los cuales se suman, cabrito, chorizo, junto a pimientos asados, sopas castellanas y de ajo, migas, potaje de vigilia, cocido y quesos de oveja.

El listado de atractivos de Chichón incluye su bebida local más emblemática: Anís, producido artesanalmente en diversas concentraciones y gradaciones alcohólicas, rodeado de un universo de leyendas. Ir a Chinchón sin probar y traer ese vino, equivale a no haber ido.

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