El hotel Catalonia Santo Domingo convocó a los medios de cobertura social y turística, para ofrecer información sobre sus nuevos servicios, tras tres anos de haberse instalado en la propiedad que se levanta en el Malecón de Santo Domingo, convocatoria a la que acudió una notable proporción de jóvenes periodistas.
Los hoteles Catalonia fueron fundados en 1983 en Cataluña por la familia Vallet Millet con la intención de crear establecimientos para recibir visitantes y que estos se sientan mejor atendidos que en sus propias casas, a partir de un servicio que se supere así mismo cada vez.
Hoy día, esa cadena, una de las diez españolas que operan en el país, tiene 70 establecimiento en 20 destinos de dos continentes, con 17 mil habitaciones y cerca de ocho mil colaboradores de su equipo.
Esa propiedad, el único hotel urbano que maneja Catalonia en América, y que fuera recientemente comprado para dejar se ser arrendatarios y pasar a ser dueños, ha sido reacondicionada y puesta en valor para rendir, desde sus amplios espacios colectivos y de habitaciones, el mejor de los servicios.
Desde nuestra perspectiva, ese encuentro de prensa tiene un valor que está por encima de la intención mercadológica de reforzamiento de una marca. Se trata de haber acudido a una propiedad, cuyos ejecutivos decidieron hace tres años, apostar con su fe puesta en el futuro de nuestro turismo.
No fue ese un encuentro de mercadeo social (aun cuando lo fuera también) para agradar comunicadores con una cena exquisita, música bailable y unos sorteos al final. Se trato de un acto de fe en el turismo dominicano, un factor en estos momentos, crucial para nuestra industria.
Y así debe ser consignado en los contenidos emanados de esa convocatoria. Se impone ver más allá de los servicios que oferta Catatonia. Es una cuestión de fe en nuestro turismo. Y eso supera el margen ciertamente estrecho de la propia proyección corporativa.