El desafío más importante grande que tiene nuestro turismo es el de siempre: persistir, promover, y crearle las mejores condiciones para su desarrollo. Ver el futuro es la clave.
Nuestro gran reto es redoblar los esfuerzos, independientemente de campañas mediáticas bien promovidas por estrategas de comunicación y legales, que buscan incrementar la visita a lo destinos que les patrocinan.
No hay tiempo para quejas. La confianza y a fe deben estar puestas en el futuro, en la conquista de nuevos mercados y en consolidar los que ya tenemos.
Nuestro aliento como país es el de persistir en los recursos y estrategias que nos han permitido ascender al liderazgo turístico de la región.
Nuestra tarea es promovernos siempre y cada vez con mayor consistencia: incrementar nuestra presencia en el universo del turismo mundial, lograr la mejor asesoría internacional y sacar lo mejor de nosotros para que sea nuestro boleto de entrada a las Grandes Ligas de la experiencia turística mundial.
Lo que tenemos por delante es superar el liderazgo regional. Ser el gran fenómeno de visitación y experiencias que debemos ser.
Hace falta una reprogramación de todo el país en función del turismo. No solo del Ministerio, no solo las asociaciones de hoteleros, no solo de los periodistas de turismo (ADOMPRETUR), operadores, agencias de viajes o suplidores.
Llega incluso en tiempo en que el factor de atracción no sean los precios competitivos y la venta de habitaciones al bajo costo.
Debemos competir con:
– Mucho mayor calidad del servicio en hoteles y otros puntos de interacción con el visitante. Sonreír a turista no basta.
-La Cultura en sus mas variados aspectos, integrando incluso sub-destinos no explotados como tales: Archivo General de la Nación, el Zoológico y Botánico nacionales y tantos otros.
-El arte dominicano en sus diversas expresiones: desde la pintura, la danza, literatura, historia, teatro y el cine,
-La variada y dúctil artesanía regional dominicana.
-Los dulces dominicanos y su parrilla de sabores
(Cibao, Bani, Higuey, Puerto Plata y otros)
-La consistencia y eficiencia operacional de las instalaciones.
-La belleza natural del ambiente caribeño con que la vida nos ha premiado.
-La calidez de la atención del pueblo dominicano.
-El sabor de nuestra variada gastronomía por
regiones.
-Los refugios alejados de la masiva presencia de turistas.