Samaná debe defender a Samaná y abogar por las mejores soluciones que beneficien como oferta añadida, a su turismo.

Estar al frente del Ministerio de Turismo, en las actuales condiciones de recesión turística, a punto de iniciar el proceso de recuperación, debe suponer tomar medidas prácticas, transparentes y de sentido comunitario para impulsar la industria de la visitación. Al frente de ese Ministerio, hay gente que muestra un consistente criterio de fomentar un turismo que se desarrolle en favor de todas las comunidades de nuestros destinos.

La actitud y actuación de las autoridades de Turismo y de la comunidad de Samaná, respecto de su plan de desarrollo turístico de modo que pueda incrementar su atractivo y sus infraestructuras de cara a la corriente turística internacional que habrá de incrementarse a partir de 2021, necesita de colocar en su justa medida las necesidades de la zona respecto de factores que le agreguen los nuevos atractivos. El ambiente de Samaná es único en el mundo por la conformación de sus panoramas, su variada biodiversidad, sus playas como estuches exclusivos.

Uno de los proyectos que agregara atractivo al destino es el proyectado anfiteatro que, al igual que el de Puerto Plata, planteara para el futuro, una plataforma para espectáculos artísticos nacionales e internacionales.

Ese anfiteatro podría ser construido en el malecón de Samaná, teniendo como fondo excepcional, la bahía, zona en la cual se han identificado terrenos del Estado Dominicano, que no costarían un centavo y que permitirían una ubicación excepcional.

No obstante, algunos empresarios han planteado que el anfiteatro sea construido en El Limón, en la parte interna de Samaná, en terrenos privados que habría que comprar a costo millonario. La opción es la mas costosa, la de mayor incidencia de factores privados y su ubicación desperdicia la oportunidad de tener como fondo un espectáculo paisajístico natural de excepción.

El nuevo gobierno, que ha llegado en una onda de transparencia y de vocación para las mejores soluciones en favor de las comunidades, evitando costos innecesarios y adquisiciones basadas en los intereses de grupos o personas, tiene en la construcción de ese anfiteatro, la oportunidad de ratificar su línea coherente con actuaciones en favor de la comunidad.

Qué no se alegue ignorancia.

Qué no se diga nunca que nunca fue advertido.

Samaná y sus hombres y mujeres, tienen ahora la palabra y la acción para que lo seleccionado para su turismo, sea lo mejor.

 

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